Te has ido de este mundo físico, sin embargo te quedarás para siempre en mi memoria y en mi corazón. Agradezco cada uno de tus regaños y consejos. Has hecho un trabajo excelente al educarme e inculcarme todos los valores que serán para mi la guía para recorrer el camino que me queda por delante.
Me enseñaste todo lo que necesitaba saber. Hubiese querido tenerte a mi lado muchos años más pero entiendo que era tu hora de ir a descansar. Le doy gracias a Dios porque te llevó de la forma en que tú te querías ir.
Descansa Mamá. No te preocupes por mí. Yo me encargaré de cuidar a mi «hermano lelo», cuidaré de los mininos del jardín y de la tortuga. Me ocuparé de tus cosas, de lo que quedó pendiente. Vete tranquila y en paz, yo me encargo…
Dice la Mish que va a extrañar que le cantes la pulguita. Yo sé que se la cantarás en sus sueños desde el cielo donde estás desde hace 30 minutos.
Te amo Mamá, siempre lo haré… No es un adios, es un Hasta pronto. Te adelantaste para ir a preparar el lugar al que llegaremos algún día.
Te mando un beso, Al infinito y más allá…